Los hábitos son acciones repetitivas y automatizadas que realizas día a día. Son una parte integral de tu vida y pueden tener un impacto significativo en tu crecimiento personal y profesional. 

Los efectos de los pequeños hábitos se notan con el paso del tiempo. Aunque parecen no hacer la diferencia, a lo largo de los meses y años es enorme. Un pequeño cambio en tus hábitos diarios puede guiar tu vida hacia un camino completamente diferente. Tomar una elección 1% mejor o 1% peor parece insignificante en el momento, pero a lo largo de la vida, estas decisiones determinarán en quién podrías llegar a ser. El tiempo magnifica el margen entre el éxito y el fracaso.

Tres niveles de cambio de comportamiento

Cambiar tus hábitos es un desafío y hay tres niveles de cambio de comportamiento: un cambio en tus resultados, un cambio en tu proceso, o un cambio en tu visión

1. Cambiar tus resultados

El primer nivel de cambio radica en cambiar tus resultados: perder peso, escribir un libro, ganar algo. Muchas de las metas que uno se propone están asociadas con este nivel de cambio.

2. Cambiar el proceso

El segundo nivel de cambio es tu proceso: este consiste en cambiar tus hábitos y sistemas, implementar una nueva rutina de ejercicio, organizar de manera diferente tu escritorio para ayudar con tu productividad. Muchos de los hábitos que construyes están asociados con este nivel de cambio.

3. Cambiar tu visión

El tercer nivel es un cambio visión: este nivel consiste en cambiar las cosas en las que crees, como ves el mundo, como te ves a ti mismo, tus prejuicios sobre las cosas. Es por eso que la mayoría de tus creencias, las cosas que asumes y por las que te inclinas se asocian con este nivel.

4 Etapas para construir un hábito

1. Señal para construir un hábito

Los pensamientos, sentimientos y emociones del observador son lo que transforman la señal en un anhelo.

2. Anhelo de cambiar

Cada anhelo está vinculado al deseo de cambiar el estado interno de algo.

3. Respuesta a tu anhelo

La respuesta a esto es en realidad el hábito, que puede tener la forma de un pensamiento o acción. Que ocurra esta respuesta dependerá de la disciplina, resistencia y compromiso que le pongas a este comportamiento.

4. El premio mayor, la recompensa

El primer propósito de la recompensa es satisfacer tu anhelo. Segundo, la recompensa nos enseña que acciones valen la pena recordar para el futuro.

¡TOMA EN CUENTA!

Si algún comportamiento se queda corto en alguna de estas 4 etapas, no se convertirá en un hábito.

Toma en cuenta que:

• Si eliminas la señal, el hábito nunca comenzará.
• Si reduces el anhelo, no tendrás la motivación suficiente para comenzar.
• Si el comportamiento es difícil, no vas a querer ejecutar la respuesta o si la respuesta falla en satisfacer tu anhelo, no tendrás razón para volver a hacerlo.