Este 27 de mayo se celebra el día de la madre en Bolivia y las pantallas de la Tv se ven repletas de anuncios publicitarios brindando una y mil opciones de regalos para mamá, si bien ya no abundan los anuncios de “doras” (lavadora, licuadora, batidora y otros) esto no reduce el uso de publicidad sexista para productos como muebles de cuero para el hogar, sets de belleza y otros.

Publicidad sexista

El intenso debate hacia la publicidad sexista planteada a nivel internacional en diferentes instancias afirma lo que los mensajes publicitarios ya denotaban en las pantallas, como lo afirma María López, coordinadora regional de Género de Alianza por la Solidaridad “La mujer es mostrada como la típica  ama de casa y débil, o sensual cuando se le enfoca partes de su cuerpo; mientras que al hombre se le da roles de liderazgo y fortaleza», estas imágenes antagónicas son asumidas por la sociedad como algo normal, pero que sin embargo según López generan estereotipos patriarcales que posteriormente se traducen en discriminación y violencia hacia las mujeres.

El debate y las críticas han provocado escozor en la agencias publicitarias, que en algunos casos han derivado en la producción de nuevos anuncios donde se percibe un cambio de roles del hombre y la mujer. Sorprende ver en un anuncio a un “supermodelo” que prefiera quedarse en la casa a planchar, o lavar la ropa y rechazar por celular la invitación de sus amigos para conseguir que su esposa lo admire más. Si bien es un intento de cambio de mentalidad, la escasa verosimilitud del mensaje no se adapta a la realidad de hoy, en la que difícilmente se encuentra a un esposo sexy y laborioso de las tareas del hogar.

Pero algunas producciones publicitarias van más allá, tal es el caso de una marca de sopas instaneas española en la que muestra al padre cambiando los pañales a su hijo, mientras hierve la sopa. Llega la esposa del trabajo y destapa la olla que hierve, el spot culmina con la imagen de la pareja sentándose a comer y la voz en off «talvez no podamos hacer maravillas como tú pero intentamos brindarte lo mejor porque no tienes tiempo». Este mensaje publicitario que retrata un hecho cotidiano real, no solo muestra el intercambio de roles sino además reconoce las habilidades de la mujer y expresa respeto a sus actividades fuera del hogar.

Este es uno de los pocos ejemplos que además de promocionar un producto promueve respeto y equidad de género rompiendo con los estereotipos a los que generalmente estamos expuestos a través de los medios de comunicación.

De los Productos domésticos a los tecnológicos

Por otro lado, también se percibe un cambio en el tipo de productos que se anuncian para esta temporada. Ha disminuido la oferta publicitaria de electrodomésticos para el hogar, hace algunos años permanecían los anuncios de equipos para la limpieza como lavadoras, aspiradoras, lustradoras o la cocina: refrigerador, batidora, licuadora, y todo tipo de enseres “el regalo ideal para mamá” destacaban en voz en off los anuncios de televisión nuevamente asignándole el rol de ama de casa a la madre.

Un reportaje del periódico La Razón de Bolivia, señala que en los últimos años las mujeres se han ido dando cuenta de que este tipo de regalos son útiles para el hogar pero no son regalos exclusivos para ellas, dado que no son personalizados.

En consecuencia y ante el desarrollo de la tecnología, las mujeres prefieren smartphones, cámaras fotográficas, tablets entre otros. Esta preferencia derivó en el incremento en la venta de estos accesorios tecnológicos. Es un paso más hacia el camino del cambio de mentalidad.

¿Que regalarle a mamá?

¿Entonces que le regalamos a mamá?,  ¿qué publicidad no ofertará el mejor producto para una madre?, puedes pasar varios minutos atendiendo a la publicidad de los medios de comunicación, valiéndose de artificios para presentarte al mejor producto una madre, o puedes apagar el televisor para detenerte a analizar las necesidades, aspiraciones, anhelos, o sueños de tu madre. El amor se encargará de señalarte al regalo correcto.

¡Feliz día de las madres!

Por Verónica Cayoja Mita
Lic. en Comunicación Social
Twitter: @cayojavioleta