En el mundo, el 19 por ciento de las jóvenes queda en embarazo antes de los 18 años, de acuerdo con cifras de Naciones Unidas. De ese porcentaje, 7,3 millones dan a luz cada año y 70.000 mueren por complicaciones durante el embarazo o en el parto.
Una situación que preocupa
En Colombia, esta situación también preocupa. Según el ICBF, una de cada cinco jóvenes entre los 15 y los 19 años en el país es madre o está embarazada y producto de esto al año nacen cerca de 159.000 bebés de madres adolescentes. América Latina y el Caribe son las únicas regiones donde los partos de niñas menores de 15 años aumentaron en el último año.
Retos y apoyo
Los retos frente a esta problemática marcan el segundo foro Women Working for the World (en español Mujeres trabajando por el mundo) que se realiza este jueves en el Country Club de Bogotá, organizado por la Fundación Juan Felipe Gómez Escobar, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el que participan líderes mundiales que desde campos como la salud, la economía y la educación hacen una radiografía de la situación que enfrentan las niñas y adolescentes en el mundo.
Necesidad de trabajar la salud con enfoque de género
Paula Johnson, profesora de Medicina de la Universidad de Harvard y directora ejecutiva del Centro Mary Connors para la Salud de la Mujer y la Biología de Género, planteó la necesidad de trabajar la salud con enfoque de género, como lo había adelantado en entrevista con EL TIEMPO esta semana.
Insistió, además, en la atención integral de salud para las niñas para reducir riesgos de muertes por enfermedades asociadas al embarazo adolescente. Johnson sugirió un procedimiento básico para que apliquen los trabajadores de salud, que parte de una simple pregunta: ¿piensas quedar embarazada el próximo año?
Si, la respuesta es sí, luego tienen que surgir interrogantes como por qué y explicaciones de lo que esto conlleva en la vida de las jóvenes. Pero si responde que no, hay que consultar sobre el uso de métodos anticonceptivos, si los necesita y está cómoda con ellos”, dijo Johnson.
Violencia sexual, una conducta de puerta cerrada
A su turno, el director del Instituto de Medicina Legal, Carlos Valdés, hizo un panorama de la violencia sexual en Colombia. Lamentó que sólo se conoce un 30 por ciento de los casos, pues las víctimas no denuncian abusos.
Señaló, además, que la violencia sexual es una conducta de puerta cerrada, que tiene que ver con la intimidad y que lamentablemente en el país se generan sentimientos de culpa hacia la víctima. Insistió en que existe desconfianza en la administración de justicia de parte de quienes sufren estos delitos y que de manera errada se les traslada la culpa a las víctimas.
Citó el sonado caso de presunto abuso en un prestigioso restaurante al norte de Bogotá, donde se cuestionó que la víctima vistiera falda. En su intervención anexó cifras que muestran que entre el 2004 y el 30 de agosto de este año, en niños los más afectados son los que están entre 5 y 9 años. En niñas, el grupo más afectado está entre los 10 y los 14 años.
Así mismo, dijo que los meses cuando más ocurren los casos de abuso se relacionan con los periodos de vacaciones. Este año, los picos muestran que en marzo, mayo y julio se han presentado la mayor cantidad de casos. Y sobre los victimarios, reiteró que los primeros son familiares y luego personas cercanas.
Prevención en riesgos de salud
Patricia Simmons, autoridad en medicina pediátrica y adolescente, habló sobre la prevención en riesgos de salud y citó la vacuna del virus del papiloma humano (VPH) como una importante herramienta de reducción de muertes en el mundo.
Involucrar a niños y hombres
María Teresa Villanueva, especialista líder en el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), compartió tres ideas en las que se trabaja en la región para proteger a las niñas.
El otro 50 por ciento importa es la primera de ellas y busca involucrar a los hombres. En los casos de embarazo adolescente, Villanueva señaló que muchos de los papás de esos niños son jóvenes también. Por ello, abogó por programas que aborden problemas de género masculino. Insistió en que se debe trabajar en prácticas seguras de la vida sexual y en abandonar la idea de que el hombre es sólo el proveedor del hogar y que el rol de la mujer es únicamente ser madre.
La segunda idea involucra a los medios de comunicación. En este sentido, criticó el contenido de telenovelas que abundan en la región y de las cuales Colombia es uno de los grandes productores, por el típico rol en el que encasillan a las mujeres.
“Eso de que la niña para salir de la pobreza sólo aspire a casarse con hombre rico o a ser pareja del jefe de un cartel no debe ser. Qué tal si en lugar de eso se proyecta a mujeres exitosas, cercanas a su familia y con metas”, dijo Villanueva.
Casos positivos en Bolivia y Brasil
Como caso positivo, nombró una experiencia en Brasil donde estos programas ayudaron a bajaron las tasas de fertilidad. Dijo, además, que el BID trabaja con Televisa para que se hagan novelas que reduzcan la violencia doméstica.
Por último, se refirió a la importancia del acceso a oportunidades, como tercera idea. Valores como emprendimiento, superación y trabajo en equipo se deben intensificar en la población joven, insistió. En ese orden, habló de un programa que se adelanta en Bolivia con mujeres, que echó abajo esa falsa creencia que ellas no son buenas en deporte. Allí se crearon espacios y programas que las involucran en prácticas de fútbol, que han reducido tasas de embarazo.
Deserción escolar, una preocupación
Sin embargo, sigue preocupando la deserción escolar, sobre todo en adolescentes, que se concentran en el hogar. Beatriz Linares, directora de la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema, señaló que ser mujer, adolescente, estar embarazada y en condición de pobreza es la mayor vulnerabilidad que puede sufrir una persona.
Una radiografía interna de embarazo adolescente y pobreza les permitió identificar que la región andina es la de más altas tasas. Entre el 2008 y este año la agencia han atendido 343 mil jóvenes en embarazo adolescente y hoy a más de 7 mil.
Linares reiteró que debe haber un acceso preferencial en salud y educación para las jóvenes que afrontan esta situación en el país, pues limitaciones como su condición económica o su ubicación en zonas rurales apartadas las deja fuera de la atención.
De aquí hacia afuera hay que mover razón y emoción para que no haya más embarazos de adolescentes en Colombia», concluyó.
Fuente: http://www.eltiempo.com