Uno de los cánceres de mayor incidencia a nivel mundial es el de seno. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se detectan 1.38 millones de nuevos casos y fallecen 458 mil personas por esta causa. Actualmente, la incidencia de este tipo de cáncer es similar en países desarrollados y en desarrollo, pero la mayoría de las muertes se dan en países de bajos ingresos, en donde el diagnóstico se realiza en etapas muy avanzadas de la enfermedad. En América Latina y el Caribe, el cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2012, se detectó esta neoplasia en más de 408 mil mujeres y se estima que para 2030, se elevará un 46 por ciento (OMS, 2014c; OPS, 2014).
Existen diversos factores de riesgo que pueden desencadenar el cáncer de mama, algunos son inmodificables como los antecedentes genéticos, la edad y un sistema inmunológico afectado. Otros son modificables, entre los que se destacan el tabaquismo, el sobrepeso, no amamantar, el uso de anticonceptivos orales y las terapias de reemplazo hormonal.
La prevención y la realización de controles periódicos son vitales para que el cáncer de mama no se convierta en una amenaza. Con una detección temprana, mediante la realización de autoexámenes mamarios y chequeos médicos periódicos, las probabilidades de superarlo son mayores. Para tal efecto, el Médico, investigador y Director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. informa sobre las señales de alerta y el autoexamen como métodos de prevención.
La prevención debe incluir controles ginecológicos periódicos y la realización de exámenes (mamografías y ecografías mamarias) dos veces por año. Estos exámenes, no invasivos, abarcan la exploración de las mamas y los ganglios que se encuentran en la axila, debajo y sobre la clavícula y en el cuello.
Es necesario que cada mujer aprenda a autoexaminarse y lo realice de forma rutinaria, una vez al mes. Es recomendable realizarlo una o dos semanas después del período menstrual para evitar que los senos estén hinchados.
Existen tres posiciones básicas para realizar un examen completo de los senos:
Esta parte del examen permitirá detectar cambios en la apariencia de los senos y los pezones. Colocarse ante un espejo con los brazos relajados a los costados del cuerpo. Procurando que el lugar esté bien iluminado, observar detenidamente los senos. Mirar los senos desde distintos ángulos y posiciones de los brazos. Cuando el examen se realiza con frecuencia, es cuando más se notan las posibles diferencias: cambios en el color de la piel o del pezón, o si surge alguna protuberancia.
Esta posición permite revisar el área de la axila.
En los últimos tiempos las investigaciones y avances médicos han permitido encontrar formas de tratar exitosamente el cáncer de mama y de controlar su crecimiento. Pero se ha comprobado que la detección temprana de esta enfermedad es el primer paso para salvar vidas.