La noticia de la mujer barbuda que se cansó de encerrarse de las burlas, los comentarios de la gente y decidió mostrarse tal como es al mundo, trajo mucho de qué hablar sobre los cánones de belleza establecidos y los prejuicios que se forman en torno a éstos.
La historia de Harnaam Kaur
A Harnaam Kaur, (23 años) comenzó a crecerle el pelo cuando tenía apenas 11 años y rápidamente se extendió por el pecho y los brazos, convirtiéndose de inmediato en víctima de crueles burlas en el colegio y la calle. Incluso recibió insultos y amenazas a través de Internet.
Kaur sufre el síndrome del ovario poliquístico, un trastorno endocrino que en mayor o menor grado se calcula que afecta a entre un 5% y un 10% de las mujeres, y que a Kaur le provoca un crecimiento masivo de vello en la cara y el pecho.
Ante la reacción de sus compañeros, Kaur vivía avergonzada de su barba que depilaba con cera dos veces por semana, probando también la decoloración y el afeitado. Sin embargo, cual si fuera una señal de protesta o rebeldía a la forma de pensar de la sociedad, la barba fue haciéndose más fuerte y extendiéndose cada vez más y Kaur ya no podía ocultar su barba lo que atrajo aun más a las burlas y críticas de los que le rodeaban.
Estas reacciones hostiles de sus compañeros afectaron a tal punto la autoestima de Harnaam que estuvo a punto de quitarse la vida. «No quería salir de casa, no podía vivir con las miradas de los extraños, así que me encerré en mi habitación y no quería vivir más”, explica Harnaam.
Sin embargo, a los 16 años todo cambió para ella, cuando empezó a abrazar la religión Sij un credo en el que está prohibido cortarse el pelo del cuerpo.
Ser parte de la religión Sij, la ayudó a desarrollar la auto aceptación, autoestima y confianza en ella misma y ahora expresa satisfecha «Jamás volvería a quitarme el vello facial, es la forma en la que Dios me hizo y estoy contenta con cómo soy”.
¿De qué depende la feminidad?
El caso de Harnaam Kaur vuelve a traer a la reflexión los conceptos de feminidad que se han ido construyendo a lo largo del tiempo. El diccionario de la lengua española define a la feminidad como el conjunto de atributos asociados al rol tradicional de la categoría mujer. Algunos ejemplos de esos atributos son la comprensión, la delicadeza y suavidad, la muestra de afecto, la educación y los cuidados de la descendencia, etc. De manera que a lo largo de la historia de (al menos) los países occidentales, y todavía hoy en día, las mujeres han sufrido una gran presión social para actuar en sociedad en el marco de esos atributos.
A esto se añade implícitamente los atributos físicos como la figura en la que predomina el busto y las caderas y el rostro delicado. De la misma forma se han trazado los atributos que debe poseer el varón con respecto a su masculinidad como fortaleza, actitudes de paternalismo, protección y actitudes que deben manifestarse también a nivel físico, figura musculosa, rostro de rasgos marcados con la característica de vello facial.
Si bien, con el paso del tiempo se ha dado lugar a las aperturas queriendo romper con estos concepciones que no han hecho más que generar prejuicios, desigualdades y discriminación de género en la sociedad; casos como los de Harnaam Kaur muestran que aun la sociedad no está lista para aceptar que una mujer lleve las barbas de un varón, o que un varón decida tener la figura anatómica de una mujer.
Harnaam Kaur demostró que la feminidad de una mujer no depende de que las mujeres se rijan a comportamientos o a los cánones de belleza impuestos por la cultura occidental, sino depende de cómo una se siente mujer sin importar que tenga vello en la cara, o no tenga el “inalcanzable” 90 60 90. Depende de cómo una mujer se sienta bien con su cuerpo y su persona tal y como es, o como lo dice Harnaam «Me siento más femenina con mi barba”. Dependerá de ese cambio de forma de pensar libre de aceptarnos y aceptar al otro en su diferencia para crecer y desarrollarnos como mujeres en sociedad.
Por Verónica Cayoja Mita
Lic. en Comunicación Social
Twitter: @cayojavioleta