La revista chilena que decidió dejar de usar Photoshop para retocar a las modelos


25 de abril, 2014

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La actriz chilena Berta Lasala, retratada sin retoque

En enero de este año, la Revista Ya del diario El Mercurio, revista femenina más leída de Chile y una de las más exitosas en términos publicitarios y comerciales, tomó la decisión de no retocar a las modelos usando técnicas de Photoshop. La editora de revistas del periódico, Paula Escobar, explica las razones del cambio y las reacciones que ha provocado.

Una contradicción comenzó a rondar nuestras reuniones de pauta de la Revista Ya.

Por un lado, queríamos hacer temas relevantes, que mostraran y reflejaran a una mujer moderna, con los pies en el siglo 21, y nuestra cobertura de temas de actualidad, de temas sociales y de entrevistas a mujeres líderes, influyentes y valiosas, como la empresaria y activista Sheryl Sandberg, la presidenta Michelle Bachelet, varias de sus ministras y decanas de universidades, economistas y emprendedoras, así lo prueban.

Pero cuando llegábamos a las páginas de moda y belleza –las tradicionales secciones de las revistas femeninas desde hace cien años o más- las propuestas contradecían nuestros principios: a menudo eran producidas con modelos quinceañeras, muy delgadas, y que, peor aún, eran adelgazadas y rejuvenecidas mediante técnicas de Photoshop que algunos fotógrafos externos –a pesar de nuestras peticiones- utilizaban.

Comenzamos intentando persuadirlos, tanto a ellos como a las agencias, de que nos propusieran modelos mayores y con cuerpos saludables, y que no las alteraran con las técnicas digitales.

Sin embargo, no funcionó plenamente, pues muchos ya tienen una visión del estilo y la belleza que está anclada en los modelos corporales más bien andróginos y púberes.

Su idea de belleza, podríamos decir, es sin curvas, sin arrugas, sin carne, sin huellas del paso del tiempo. Sin humanidad.

Qué tipo de libertad

Por otro lado, tanto en Chile como en el mundo, dos «epidemias» avanzan: los desórdenes alimenticios y la cirugía plástica, ambos consecuencia de esa cultura que plantea un ideal de belleza tan inalcanzable como irreal y muchas veces peligroso para la salud.

Si no se puede ni comer, ni envejecer, ¿cuál es la libertad que les estamos planteando a las mujeres?

Es una paradoja que el siglo 21, cuando las mujeres tienen más derechos que nunca antes, sea el siglo donde prime la idea de que para «ser bella hay que tener» un determinado tipo de cuerpo, no el propio y, además, uno que implica en muchos casos la restricción o privación de alimentos.

Por lo mismo, los cuerpos de las anoréxicas no sólo hablan de sí y de sus contradicciones, sino también de las de la sociedad, que le dice a las mujeres que tienen libertades sin techo, y al mismo tiempo les impone este canon de no aceptación de su propio cuerpo y rasgos.

Tras una larga investigación, encontramos inspiración en varias iniciativas.

Ejemplos internacionales

En primer lugar, estudiamos el proyecto de 2008 de la diputada francesa Valerie Boyer, que aunque no fue promulgado, sentó las bases del debate. Roselyne Bachelot, entonces ministra de Salud en Francia firmó la «Carta de Compromiso voluntario sobre la imagen del cuerpo y contra la anorexia».

Ley antiPhotoshop

En Israel entró en vigencia en 2012 una ley que establece que las modelos con un Índice de Masa Corporal inferior a 18,5 no pueden aparecer en ningún tipo de publicidad ni evento de moda.

La ley también ordena que cualquier recurso de edición gráfica –como Photoshop– usado para «reducir-angostar las medidas del cuerpo» de las modelos debe estar claramente especificado.

Un par de años antes, en Italia había comenzado a circular un manifiesto similar iniciado por el gobierno que buscaba regular en términos de edad y peso la participación de modelos en los eventos que se realizan en Milán, capital de la moda italiana, recomendando que no se usaran jóvenes con un índice de masa corporal (IMC) inferior a 18,5 –determinado por la proporción entre peso y altura– ni menores de 16 años.

También fue de mucha utilidad la revisión de la recientemente aprobada ley de modelos jóvenes de Nueva York, que extiende a las modelos menores de 18 años los beneficios de los que gozan hace tiempo los niños que trabajan en el mundo del espectáculo.

Esta ley impone límites estrictos en cuanto a tiempo y horarios de trabajo, y mediante un papeleo complejo que se espera lleve a desincentivar el uso de modelos niñas.

Cambio cultural

Modelos mayores se incorporaron a una campaña de moda para mujeres de todas las edades.

Con estas inspiraciones internacionales y en nuestro compromiso con nuestras miles de lectoras, creamos esta Campaña de Buenas Prácticas.

En una iniciativa de autorregulación inédita en Chile, nos comprometimos en nuestra páginas editoriales a contratar modelos mayores de 18 años y con un índice masa corporal sobre 18,5, que es lo establecido internacionalmente como un peso normal, certificado por un médico; a no utilizar el Photoshop para alterar la imagen real de las personas; y a promover la reflexión sobre la imagen de la mujer en los medios, a través de un seminario anual y foros con mujeres líderes de los medios en nuestro país.

Fue nuestra propia manera de resolver esas contradicciones entre el discurso a favor de la mujer y ciertas prácticas de la fotografía de moda y belleza.

Ha sido un camino complejo, con varios obstáculos pero también con aliados.

La principal dificultad es, por cierto, cultural: hay que repensar los artículos desde otra lógica, y especialmente romper esa idea de que lo bonito es lo delgado y joven.

Deconstruir, en cierto sentido, la idea misma de lo bello, y resignificarla, de acuerdo a la realidad chilena. Evitar, también, el tono normativo de los consejos de belleza: salir de la trampa de que las mujeres «deben» hacer o consumir ciertas cosas para «ser» aceptadas.

En las revistas de estilo de hombres, el tono es más bien lúdico y divertido. Están orientadas al placer, no al deber ser. Hay ahí otra inspiración.

Por otro lado, aunque algunos fotógrafos me consideraron exagerada o dogmática, muchos se sumaron gustosos a nuestra campaña, pues estaban hartos del exceso de las técnicas digitales, que mal usadas hacen que la verdadera fotografía ocurra en el computador y no en la realidad.

En las revistas de estilo de hombres, el tono es más bien lúdico y divertido. Están orientadas al placer, no al deber ser. Hay ahí otra inspiración.»

Por último, varias agencias de modelos quisieron participar y enviar a sus modelos a la consulta del doctor, que certifica que la modelo en cuestión es mayor de edad y tiene un peso considerado normal.

Muchos avisadores también han planteado afinidad con nuestra campaña, así como muchas mujeres influyentes y líderes de opinión.

Estamos ahora ad portas de nuestro primer seminario nacional sobre el tema.

Invitaremos a reflexionar sobre las mujeres y su representación en los medios, no sólo en la prensa escrita y las revistas, sino la televisión, el cine, y otros medios.

Es un comienzo, lo sabemos, pero uno que nos llena de esperanza de que sea posible ayudar a que nuestras niñas dejen de soñar con ser barbies cuando crezcan y se acepten como ellas son.

Por Paula Escobar*

(*) La periodista Paula Escobar Chavarría es editora de Revistas de El Mercurio y autora de tres libros. En 2006 fue elegida como una de las 100 mujeres líderes de Chile y nombrada Joven Líder Global por el Foro Económico Mundial.

Fuente: bbc.co.uk


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