En septiembre pasado el Global Entrepreneurship Development Institute y Dell Computers publicó el informe The Gender Global Entrepreneurship and Development Index (GEDI) 2014, el cual identifica el alto potencial de las mujeres emprendedoras quienes por sí mismas operan negocios innovadores, orientados a expandir mercados y exportar, pero así también identifica debilidades en el contexto emprendedor femenino que varía de un continente a otro. Se acerca fin de año y estas debilidades se constituyen en los grandes retos de las emprendedoras y de los hacedores de políticas públicas para el 2015.
Acceso a educación
Las mujeres del continente africano (Ghana, Nigeria, Sudáfrica y Uganda) se caracterizan por un alto nivel de capacidad de iniciativa empresarial femenina, sobre todo con respecto a la percepción de oportunidades, en un promedio del 69% de la población femenina identifica oportunidades para iniciar un negocio. La tasa de actividad femenina en startups también es alta, hay un 8.6 de startups femeninas por cada 10 nuevas startups masculinos. Además, la región de África tiene en buen promedio de representación femenina en el liderazgo: el 39% de los directivos y altos funcionarios son mujeres.
Sin embargo su mayor debilidad está relacionada principalmente al bajo nivel de educación entre las mujeres en general y las mujeres empresarias en particular. En la muestra de los países africanos, sólo el 46% de la población femenina adulta ha completado la educación secundaria y sólo el 13% de las mujeres propietarias de negocios tienen una educación universitaria. Además, hay poca disponibilidad de financiamiento de capital. El país de más alto rango en la región de África es África del Sur, situado en el número 11 (empatado con Corea del Sur y China).
Esta misma situación se percibe en el Sur de Asia, sólo el 25% de las mujeres adultas tienen algún tipo de educación secundaria en la región de Asia del Sur. Además, esta región presenta la más baja tasa de la actividad startup femenino en sólo 2,8 startups femeninos por cada 10 startups masculinos.
Sin la posibilidad de formarse las mujeres africanas tienen menores oportunidades para desarrollarse.
Acceso a capital
Es otro de los problemas a los que se enfrentan a diario las emprendedoras africanas. Si bien el reporte da cuenta de que esta es la mayor debilidad del continente africano, también es una problemática presente, aunque en menor medida, en países de Latinoamérica.
Actualmente, casi la mitad de ellas (47%) recurren a fondos de su familia y/o amigos a la hora de iniciar sus actividades productivas. El dato deja al descubierto de que las mujeres de la región necesitan ampliar sus redes de contactos profesionales para obtener formas de financiación menos improvisadas y más prometedoras.
Frente a este panorama, queda claro que aun con el talento, las buenas ideas y el valioso impulso que hoy proporciona la tecnología, los emprendimientos pueden naufragar si no cuentan con un respaldo financiero sólido. En el caso de América Latina y el Caribe, muchas líderes de negocios están demasiado concentradas en gestionar sus proyectos pero no tanto en hacerlos crecer. Por esta razón, es clave el papel que pueden desempeñar las aceleradoras, contribuyendo con un know how acertado y mostrando nuevos horizontes de posibilidades.
Los inversores experimentados pueden constituirse así en los grandes aliados del ecosistema de emprendedores de la región. Con ellos y a través de ellos, muchas mujeres emprendedoras –a menudo demasiado enfocadas en los vaivenes de la coyuntura– pueden dar el siguiente paso para moldear sus proyectos, pensarlos a mediano y largo plazo y, en definitiva, enriquecerlos gracias al aporte de mentores, capitales semilla e inversores ángeles.
Igualdad de derechos
Un factor que afecta el desarrollo de la mujer emprendedora es el tema de igualdad de género, que aunque de acuerdo al índice del GEDI, la brecha de género se constituye en la más grande debilidad del continente sur asiático y también del medio este y norte de África, la desigualdad de género aún está presente en países de Latinoamérica.
Las sociedades más igualitarias corresponden a países de Europa característicos por el avance y desarrollo, esto se refleja en las actitudes favorables hacia las mujeres en cargos ejecutivos.
La región de Asia del Sur que incluye a los países: Bangladesh, India y Pakistán son los de más bajo rendimiento en el Índice junto con la India que ocupó el primer lugar en el # 26. Aunque la mayoría de los promedios de puntuación son bajos, uno de los puntos fuertes de esta región es la puntuación relativamente alta para el subíndice Empresarial del Medio Ambiente femenino, como en promedio el 65% de la población femenina está dispuesta a iniciar un negocio. Entre las debilidades de la región se halla la falta de igualdad de derechos de las mujeres, y los mayores niveles de hacinamiento del trabajo femenino lo que impide su desarrollo.
Identificación de oportunidades
Paradójicamente los países europeos si bien cuentan con las condiciones más favorables para el desarrollo empresarial de la mujer, su más grande debilidad es la falta de identificación de oportunidades de negocio (31%) y relativamente bajos niveles porcentuales de mujeres que conocen a un empresario (31%).
Por otro lado, la región de Asia oriental, compuesta por China, Japón, Corea del Sur, Malasia y Tailandia. Corea del Sur y China son los países de más alto rango en el este de Asia y están empatados con Sudáfrica por el puesto 11. La mayoría de estos países tienen un rendimiento moderado en el índice. Se caracterizan generalmente por un buen ambiente de negocios con bajo riesgo y con el promedio regional más alto de gasto en I + D en un 1,9% del PIB. Además, en general hay gran disponibilidad de capital propio. Las debilidades regionales de Asia del Este se concentran principalmente en el subíndice Empresarial femenino del Medio Ambiente con (en promedio) sólo el 26% de la población femenina identifica oportunidades de negocio (Percepción de Oportunidades) y el 26% de la población femenina cree que tienen las habilidades necesarias para iniciar un negocio (Habilidades de inicio). También esta región se caracteriza por un bajo nivel de liderazgo femenino. En promedio, sólo el 17% los gerentes y altos funcionarios son mujeres.
Conclusiones
A nivel mundial se visualizan fortalezas y debilidades, en pleno siglo 21 se perciben sociedades que por falta del desarrollo de políticas aun mantienen amplia las brechas de género lo que coartan al desarrollo de la mujer empresaria, por el otro lado también existen sociedades que si bien han avanzado sólidamente en este sentido como Europa, se percibe un deficiente reconocimiento a las oportunidades de negocio.
Los avances y obstáculos varían de una sociedad a otra, en países en proceso de desarrollo el factor principal que impide el desarrollo empresarial de la mujer será el factor económico o el acceso a la educación, en tanto para otros será el desarrollo de habilidades, escasa innovación o escasa identificación de oportunidades.
De uno u otro modo, es tiempo de mirarse al espejo para visualizar esas debilidades y tomar la decisión de convertirlas en oportunidades de cambio y que sean los próximos retos del año venidero. Que este 2014 que se va, sea un tiempo de reflexión y autoevaluación no solo de las mujeres sino también de la administración pública para cambiar estos índices y continuar en el desarrollo de la mujer emprendedora. ¡Feliz 2015!
Acerca del Ranking Gedi Gender
El Ranking de Gedi Gender presenta el estudio en detalle de ciertas condiciones para 30 países, entre los que se encuentra Chile, y sólo 8 de los 30 países analizados, obtuvieron más de 50 puntos (sobre 100), lo que evidencia grandes tareas por hacer si se quieren mejorar condiciones fundamentales de género en el emprendimiento.